miércoles, 28 de agosto de 2013

Camino de Santiago. 15/08/13. Hospital de Órbigo-Pieros 85,4km.












 Dejamos atrás definitivamente las etapas llanas y aunque hayamos pasado calor algún día, sobre todo después de comer, creo que no nos podemos quejar con el tiempo que nos hizo. Debe de ser todo un triunfo estas etapas sin soplar aire porque meterte jornadas de 80km y encima con ese compañero de viaje no lo quiero ni pensar.
  El día comienza y ya solo tenemos en la cabeza la subida a la Cruz De Hierro que nos espera hoy, de momento va la cosa tranquila, pasamos por Astorga temprano y aparte que es el día de la Virgen de Agosto  no hay ni Dios para que nos ponga un sello en la credencial. Pues nada, la foto correspondiente a la catedral y tira millas. Pasamos más adelante por la localidad de El Ganso (que grande ese comercio), y ya todos los caminos empiezan a picar para arriba. Llegamos a Rabanal del Camino y de ahí a Cruz de Hierro empieza lo bueno, la guía nos indica que el primer tramo lo hagamos por carretera, hacemos caso. Desde aquí hasta casi el final del camino coincidimos casi todos los días con una pareja de andaluces, que empezaron muy gallitos la subida pero como no podía ser de otra forma el Bukateam les dejó las cosicas bien claras y dejó claro quien mandaba ahí.....jajajaja. yo creo que fliparon un poco al vernos con nuestros hierros. Tras el tramo corto de carretera hacemos ya toda la subida por camino, algunos tramos duros y piedra suelta nos castigaron las piernas, algún tramo de descanso para coger aliento también. Hasta que llegamos al techo del camino, Cruz de Hierro, a 1507mt sobre el nivel del mar. Dejamos la piedra que cojimos el primer día que nos deja libre de todos nuestros pecados (alguno tendría que llevar un remolque entero), y comenzamos la bajada a Manjarín, curioso lugar en donde viven los últimos templarios de los montes de León, según dicen.
 Creyendo que ya todo era bajada nos damos cuenta que no y nos encontramos con otra senda que empieza a picar hacia arriba y que después de un buen rato nos lleva hasta el alto de Cerezales. Y ahora si que empieza lo bueno, nos tiramos desde ahí hasta El Acebo con nuestros hierros y sus alforjas por unas sendas llenas de piedra suelta disfrutando como enanos. Eso si sin gota de talento y pasándonos por el forro los carteles que indicaban que esa bajada era solo para andarines, ya valía de sufrir, era hora de disfrutar y vaya si lo hicimos.
 Seguimos bajando hasta Molinaseca, precioso pueblo, y ahí paramos a echar un bocado. Más adelante paso por Ponferrada y las dificultades del día ya casi habían pasado, salvo al final que desde Cacabelos hasta Pieros nos esperaba un pechón que no se acababa nunca, dios mio con todo lo que llevábamos encima..... Fin de día en el albergue mas hippie de todos los que concimos y en el que estuvimos muy bien acompañados en la habitación, una pareja antisistema con sus chinches y liendres, el colega japonés que por la noche y la mañana se purgó hasta no dejar ningún tipo de mucosidad en su organismo y las chicas de oro (una octogenaria y otras dos mozas de avanzada edad) que dar por culo ya dieron con sus carcajadas desde el punto de la mañana. Recordar también el único bar-garito que debía haber en el pueblo con su terraza-playa.

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